Este cosmos que se posa en ese rincón infernal
la soledad violenta espanta
nuestros pies desnudos y ardientes
me trago un machote
ensangrentado de inocencia porque la vida
siempre perdona el desquicio, en cambio tú, muerte
no eres tan miserable como ella, no a todos los recibes
de la misma manera
yo solo te ruego que a Alejandra Ico le
devuelvas la luz en tu oscuridad y le
maquilles la dulzura, borra las cicatrices
que la vida le permitió a la peste hacerle
mientras yo seguiré acá, llorándole, hablándole
y luchando por ella, contra la vida y contra
la suciedad de este mundo decadente
dame fuerzas, cada vez estoy más desolada
cada vez siento más asco, las mujeres
no dejamos de caer en espiral en este abismo mugroso
insensible, devastador y ofensivo
mis pies arden porque camino sobre el odio
no me intoxiques de la vida ni me envenenes
déjame luchar un poco más, déjame hacer lo que
la justicia no
déjame ahorcar a los cuervos
muerte, apóyame en esto y déjame
expulsar el dolor.