Entre agua salada se hunden mis pupilas
tengo en los huesos el sabor de tus caderas
y en la boca el recuerdo de tu caminar
tu cabello fresco le hace el amor a tus
hombros, el cáncer de la tristeza me
debilita las entrañas y los animales
salvajes revolotean en las espinas de mis manos
le pido a la muerte que me escuche
estoy borracha de bailar con tus restos
la madre tierra y los cosmos te
necesitan, no saben que existimos
espíritus creados con la misma miel
como tú y yo
somos para siempre, me dice tu sombra,
enfermedad visceral, nos vuelve a todos más humanos
pero tarde, y nos acaricia con el miedo,
en los pasillos, los peces aguardan por tu sonrisa
y mis ojos piden leerte el sonido de tu risa
el aguacero está a deshora como tu pulso
cureoseo tu espalda y lluevo con fervor
mis sienes se vacían mientras la penumbra
me ciega con sus destellos, amado mío,
crezco en la esperanza de tus días contados
y sino llego a tiempo, si la locura se apodera
de mí, te pido no olvides las playas de
mis besos y las lágrimas de mi felicidad
por favor, deja que las luciérnagas nos unan, que
la vida no nos quite lo que nos falta
por vivir, mi amor.