Mariposas repulsivas en mi vientre
bailan al compás de tus hoyuelos cuando
con las yemas de tus dedos me traspasas el alma
brutal y me retuerzo de amor sobre
mi caos
no te has dado cuenta que nuestra
inestabilidad nos unifica
ensarto mis uñas en el pasto verdoso y te regalo
un cóctel de besos por quedarte
a sabiendas de la falta de tiempo, de la prontitud
de mi cadáver danzante
de la fuerza de ya no tener ganas de
ser fuerte
de tu estadía en mi vacío
en donde se posan todas nuestras
mariposas